18 EL DEPENDENCIAL

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 La revista oficial de Neurosalus.       Nº 18 Abril  2022

EL    Dependencial

de  Neurosalus


eldependencialdeneurosalus.blogspot.com



Este mes entrevistamos a

Jaime Acero

Paciente veterano de Neurosalus

Descubriremos la nueva faceta 

de aquél que fue el periodista de moda.

Por Jorge Aguilera y Roberto Sanchez


SUMARIO

  • Pág.  3                                EDITORIAL

  • Pág.  4                 Las Cartas del Lector

  • Pág.  5                             INVESTIGACIÓN

  • Pág.  10                               SIN CENSURA

  • Pág.  13 LA ENTREVISTA   

  • Pág. 21                         CUENTACUENTOS

  • Pág. 25                                CIENCIA 

  • Pág. 29                     LAS VIDAS CONTADAS   

  • Pág. 37                            GASTRONOMÍA          

  • Pág. 39                         SABORES DEL MUNDO        

  • Pág. 40                     EL RINCÓN DEL GOLOSO

  • Pág. 42                          PERSONAJES DE ADICCIÓN

  • Pág. 46                                VIDA SANA





        EDITORIAL

                          AMC


LA ESCRITURA COMO TERAPIA

También conocida como Diario emocional, es exactamente como suena: llevar un diario, donde registrarás como te has sentido a lo largo del día, con fines terapéuticos.

La escritura como terapia es asequible, sencilla y puede ser un buen complemento a otros tratamientos. Se puede practicar de forma individual, solo nosotros y un lápiz.  También es posible compartirla con otras personas, en terapias de grupo centradas en la escritura.

Sea cual sea la forma que escojamos, escribir contribuirá a nuestro crecimiento personal, a expresar y comunicar mejor nuestras emociones y fomentará la sensación de tener nuestras vidas y pensamientos bajo control.

No es difícil ver el potencial que la escritura terapéutica puede tener, no hay más que fijarse en los poetas y narradores de todos los tiempos que definen el contacto del papel y la pluma como una experiencia catártica. Como afirma Henry Miller en su libro Sexus: “Un hombre escribe para expulsar todo el veneno que ha acumulado a causa de su forma de vivir falsa”.

En personas que han experimentado algún suceso traumático o muy estresante, expresarse mediante la escritura puede tener un gran efecto curativo. De hecho, escribir sobre nuestras experiencias traumáticas 15 minutos durante cuatro días seguidos, aporta una mejora en nuestro estado de ánimo, que se mantiene en el tiempo (Baikie & Wilhelm, 2005).

Además de todos estos resultados concretos a nivel físico y emocional, practicar regularmente la escritura terapéutica puede ayudarnos a encontrar más sentido en nuestras experiencias, ver las cosas desde otra perspectiva y hacer aflorar el lado positivo de los sucesos desagradables. También puede llevarnos a un grado de comprensión más profunda de nosotros mismos y nuestro entorno que resulta difícil de conseguir sin una escritura centrada en las emociones (Tartakovsky, 2015).

En general, la escritura terapéutica se ha demostrado que es efectiva en el tratamiento de muchas afecciones y enfermedades mentales.

amc

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Las Cartas del Lector

¿Cómo estás? ¡Espero que todo bien!

Ya el número 17 de la revista! Todo un logro, enhorabuena!

Mil gracias como siempre a todos por compartir tanto en ella! Me sigue encantado: tu editorial, sin censura, lo bien que explica Pedro su proceso número a número y aspectos de historia y ciencias, las recetas,… y todas las secciones! Pero que ha pasado esta vez con la entrevista? Creo que es el primer número donde no hay? 😉


Bss!


Cris






Hola Cristina, mil gracias por tu mensaje. 

Este mes ha sido un poco más tenso para los chicos ya que están en plena época de exámenes. 

Espero que la próxima entrevista compense. 

Un beso enorme

amc 




INVESTIGACIÓN

HABLEMOS DE ADICCIONES

AMC

CRAVING

¿Qué es el Craving? 

El concepto de craving no tiene una única definición, aunque la mayoría de los autores lo describen como la experiencia subjetiva de deseo intenso o necesidad imperiosa de consumir una determinada sustancia adictiva. 

A menudo se sigue utilizando el término anglosajón craving por la dificultad de su traducción exacta al castellano (deseo por la droga, querencia, impulso, necesidad de consumo…)

Se define como la urgencia o fuerte deseo de consumir una droga, se caracteriza por un deseo intenso de consumir una sustancia que, si no se realiza, produce un poderoso sufrimiento físico y/o mental. 

En los trastornos adictivos es habitual que aparezca el craving, con distintos niveles de intensidad y relevancia. Tenerlo es una causa frecuente de la recaída.

El craving es un componente importante de la dependencia a las drogas, puesto que tiene un papel muy importante en las recaídas y en la continuidad del consumo posterior, ya sea tras largos periodos de abstinencia como durante el propio tratamiento de abstinencia y rehabilitación.

Hay que tener en cuenta que el craving es un fenómeno que forma parte de la adicción a sustancias, que el deseo de consumir la sustancia va a aumentar cuando el sujeto se enfrenta a estímulos asociados a dicho consumo y que uno de los objetivos en el tratamiento de una adicción debe ser interrumpir la relación de causalidad entre craving y recaída.

 

 

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INVESTIGACIÓN

 

¿Qué diferencia al craving del síndrome de abstinencia?

El craving aparece pronto tras la abstinencia y puede mantenerse durante un largo periodo de tiempo, mientras que el síndrome de abstinencia tiene una duración más limitada en el tiempo. De hecho, el craving varía a lo largo del día, aumentando en las primeras horas de la tarde. Por el contrario, el síndrome de abstinencia tiene un curso temporal bien definido, suele aparecer entre las 24 y 48 horas y finaliza a las 3 o 4 semanas.

El síndrome de abstinencia es producido únicamente por la abstinencia, mientras que el craving puede ser inducido por estímulos relacionados con la sustancia, por estados emocionales y por la abstinencia.


¿Hay distintos tipos?


– El craving como respuesta a los síntomas de la abstinencia: Cuando se experimenta la disminución del grado de satisfacción que se encuentra en el uso de la droga y un incremento de sensación de malestar interno cuando se deja de consumirla.

– El craving como respuesta a la falta de placer: Cuando se siente aburrimiento o no se tienen habilidades para encontrar formas prosociales de divertirse, por lo cual se desea mejorar el estado de ánimo “automedicándose”.

– El craving como respuesta “condicionada” a las señales asociadas con drogas: Cuando los pacientes asocian ciertos estímulos (un número telefónico, un nombre, etc.) condicionados por una intensa recompensa obtenida de la utilización de drogas, lo que induce a un craving automático.

– El craving como respuesta a los deseos placenteros: Cuando el paciente combina una experiencia natural placentera con el uso de drogas (por ejemplo, el sexo y las drogas) Se manifiesta el craving al realizar la actividad natural sin el uso de drogas, ya que el placer experimentado es incomparable al placer obtenido cuando se combinaba con la droga.

 

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INVESTIGACIÓN

Los peldaños del Craving

 

– El que aparecería durante la fase de consumo y desaparecería al abandonarlo.

– El que aparecería en el mes posterior al cese del consumo y se desencadenaría por síntomas corporales o pensamientos.

– El que aparecería hasta dos meses después del cese del consumo y estaría caracterizado por inquietud y un sentido falso de confianza de que ya no se desea la droga.

– El condicionado a señales externas e internas, que permanecería hasta dos años después del cese del consumo y estaría desencadenado por estímulos externos (señales visuales, olfativas, sonidos) e internos (pensamientos, sensaciones)

Modelos de Craving

Los modelos psicológicos del craving son diversos, tanto conductuales como cognitivos. Algunos autores proponen un modelo cognitivo en el que el craving y el consumo son independientes. El consumo estaría controlado por procesos mentales automatizados y el craving por procesos mentales no automatizados. Así, si la persona no quiere dejar de consumir, el craving va a potenciar el consumo. Pero si se quiere dejar de consumir, el craving va a interferir en ese deseo de mantener la abstinencia. En la misma línea, hay autores que consideran que hay dos tipos de craving: el anhedónico y el condicionado. 

El anhedónico es el deseo de consumo que aparece en una situación de aburrimiento, para sentirse mejor. El condicionado es el deseo de consumo que aparece ante un estímulo asociado a consumos previos. Este tipo es muy frecuente entre los consumidores de estimulantes porque reviven las experiencias agradables asociadas al consumo.

 

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INVESTIGACIÓN

 

El modelo biológico del craving predice que éste es muy alto durante la privación aguda de la sustancia y en individuos con niveles altos de dependencia. A lo largo del tiempo, a medida que la persona progresa en su trayectoria adictiva con esa sustancia, surgen conexiones importantes entre el estado de ánimo negativo, el craving y el consumo de la sustancia. Esa persona nota rápidamente que consumiendo la sustancia alivia el estrés y los estados emocionales adversos. El alivio del estrés y el abatimiento a través del consumo de la sustancia puede inducir condicionamiento clásico, de modo que el craving se convierte en una respuesta consistente al estrés y a los estados de ánimo negativos.

La clínica indica que el craving de una sustancia (nicotina, alcohol, cocaína, etc…) Es difícil de aguantar debido a su inicio temprano, persistencia y gravedad. Claramente, el craving y el afecto negativo contribuyen a la recaída, de ahí que sea necesario conocerlo, manejarlo y que la persona pueda hacerle frente efectivamente.

¿Cómo afrontar el Craving?

El craving es posiblemente el concepto más estudiado y el más pobremente conocido en las adicciones. Ponerse en manos de profesionales ayudará al paciente a superar con un tratamiento de adicción que suponen las drogas.

A pesar de que el craving producido por una droga ha sido definido en numerosas ocasiones, hoy sigue el debate sobre cuál es la mejor manera de definirlo. Esto no ha impedido que se haya convertido en uno de los síntomas para el diagnóstico de trastorno por consumo de sustancias. Por ejemplo, existe controversia sobre si el craving debería ser considerado como un síntoma válido del síndrome de abstinencia de la nicotina: en ocasiones, sí se considera

 

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INVESTIGACIÓN

 

 parte del síndrome de abstinencia, pero otros autores lo consideran por separado.

Generalmente, el craving es un deseo o necesidad irresistible de consumo de una droga. Es una experiencia subjetiva, en el sentido de que uno debe ser consciente del deseo para el ansia. La necesidad irresistible de consumo (craving) se observa en la mayoría de los pacientes con dependencia de sustancias.

En algunas sustancias, como en el tabaco, se ha sugerido que el craving podría ser uno de los predictores más sensibles y consistentes del comportamiento de fumar y de la recaída en el tabaco. Sin embargo, no todos los estudios muestran que las recaídas ocurren en presencia de un craving intenso; algunas recaídas ocurren cuando los fumadores están experimentando poco o ningún craving.

Por otra parte, los fumadores menos dependientes, que tienen tanto menos craving como menos síndrome de abstinencia de la nicotina, tienen más probabilidades de recaer en presencia de estímulos concretos como, por ejemplo, en presencia del alcohol. Esto sugiere que los estímulos ambientales juegan también un papel importante en la recaída.

El craving aparece como un aspecto central de los programas de prevención de la recaída; el motivo es que, si no se maneja adecuadamente el craving en el tratamiento, o una vez finalizado el mismo, la probabilidad de que la persona recaiga es alta.

 

Fuentes:

Dr. Josep Mª Fábregas

Alberto Martinez. Neurosalus

 

 

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“SIN CENSURA”

CARTAS DE UN ADICTO EN RECUPERACIÓN

 

Que no cunda el pánico

Solo será cuestión de aguantar con vida el 

tiempo suficiente para comprender la muerte. 

Si piensas morir antes de eso, 

no disfrutaras nunca de la eternidad.

amc



EL CONFINAMIENTO (I)

Pedro V

En el anterior número de la revista hablé sobre las decisiones que tenemos, que tuve que tomar a lo largo del tratamiento. No se trata de comparar las propias con las de los demás, simplemente las de cada uno son las más difíciles y, por supuesto, las más trascendentales. Nos obcecamos en racionalizar el proceso, sin bien es cierto que a lo largo de nuestra vida debemos pensar sobre los pros y los contras de muchas de nuestras decisiones, en el caso de nuestra recuperación, y sobre todo en los momentos iniciales de la misma, lo adecuado es simplemente “dejarse llevar”, no vaya a ser que nuestra cabecita tome el mando. La decisión sobre la que os quiero hablar en esta ocasión es la que tuve que tomar hace algo más de dos años, cuando apareció en escena nuestro “querido” COVID-19.

Yo llevaba aproximadamente 8 meses de tratamiento. Estaba en esa etapa en la que empezaba con las salidas progresivas, un tiempo ingresado, ya como delegado, y poco a poco pasando unos días en casa y asistiendo de forma ambulatoria al centro. Recuerdo que me dijeron que viniera una semana de delegado a CT2 y después ir aumentando los periodos de tiempo que iba a estar en casa. Y así fue, estuve una semana de delegado y cuando se acercaba el día de volver, y como por arte de magia, un señor en la tele anunció algo que en un principio todos nos tomamos como lo que parecía que iba a ser una anécdota en nuestras vidas. Se decretaba un confinamiento durante 15 días debido a la pandemia.                                                        


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SIN CENSURA

Como os podéis imaginar hubo una estampida general de pacientes, creo que nos quedamos unos 8 ó 9 nada más. Y fue ahí cuando tuve que tomar la decisión ¿me voy yo también o me quedo? No os voy a negar que me lo pensé, sopesé pros y contras a pesar de lo que comenté al principio, pero hubo algo que inclinó la balanza en un sentido: la mayor parte de mis por entonces compañeros que tomaron la decisión de irse escopetados eran precisamente los que siempre se agarraban a cualquier excusa para irse, los que habitualmente se peleaban con el tratamiento y los que menos se dejaban llevar. Desde el principio los terapeutas y psicólogos me habían estado repitiendo que debía fijarme en todos mis compañeros porque de todos ellos podía aprender algo, de unos lo que había que hacer y de otros precisamente lo contrario. Y eso fue lo que hice, fijarme en aquellos que me podían enseñar lo que había que hacer, los que estaban más vinculados.

No me voy a hacer aquí el especial, ni mucho menos, no me esperaba en absoluto lo que iba a venir después, ni siquiera me imaginaba lo que iba a significar para mí tomar esa decisión, ni para bien ni para mal. En mi caso pesó mucho lo que los terapeutas llaman vinculación y dejarse llevar, simplemente me dijeron que me iba a venir muy bien y que iba a poder trabajar aspectos que todavía no había abordado en profundidad. Es a eso a lo que me refería con anterioridad cuando decía que a veces no hay que racionalizar demasiado una decisión, al menos no en nuestro caso y por supuesto no teniendo en cuenta nuestra enfermedad. Es en ese momento de “pensar” cuando nuestra cabeza aprovecha para enviarnos mensajes que nos parecen tremendamente convincentes, busca y encuentra argumentos perfectamente “razonables” para abrir la puerta por la que se colará, tarde o temprano, la adicción en forma de oportunidad.


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SIN CENSURA

El caso es que me quedé. Y lo que en principio iban a ser 15 días se convirtieron otros 15, y luego 15 más y así hasta otros 8 meses más o menos prácticamente sin salir ni ver a nadie más que no fueran mis otros compañeros que también decidieron quedarse. Si me lo dicen al principio no sé cuál habría sido mi decisión, lo reconozco, y menos si hubiera sabido todo lo que iba a acontecer durante esos meses. Meses en los que hubo de todo, buenos y malos momentos, risas, lágrimas, tristeza, alegría, mala leche, desesperación y hartazgo, ilusión y optimismo, aburrimiento, esperanza y todo lo que os podáis

imaginar pero que al fin y al cabo son los ladrillos de lo que está hecha la propia vida. Y lo mejor de todo es que lo pude sentir sin consumir y eso precisamente es lo que nos hace sentir vivos.

Ya os iré contando más concretamente momentos y situaciones, pensamientos y emociones que se fueron sucediendo a lo largo de esos intensos meses. Cómo la enfermedad se nos cuela con las chorradas más superficiales, cómo nos comportamos como verdaderos niños ante escenarios de lo más absurdos, cómo vi a la enfermedad en los ojos de compañeros que debajo de sus ataques de ira o de su depresión no hacían más que suplicar ayuda desesperadamente al mismo tiempo que la enorme culpa, el insoportable dolor y el terror al fracaso les impulsaba irremediablemente a salir huyendo de su propia realidad. Fue duro, sí, pero necesario, ahora lo sé. Deseo que todos los que estéis leyendo esto sigáis ahí durante muchos artículos más y no hagáis caso a todas esas excusas que os va a vender la cabeza. Pedid ayuda, siempre y en todo momento y, lo más importante, dejaos ayudar. Nos vemos pronto.


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LA ENTREVISTA

Jorge Aguilera - Roberto Sanchez

Jaime Acero


Pregunta.- ¿Por qué no empiezas presentándote un poco Jaime?

Respuesta.- Bueno, soy Jaime y llevo en Neurosalus en recuperación dos años y ocho meses y sin consumir dos años y seis meses. Empecé asistiendo a terapias de grupo en Alcalá porque sabía que algo en mí no iba bien, me lo medio veía mi familia y me quería enterar de cómo funcionaba eso pero todavía no había dejado de consumir, me acuerdo de haber ido a terapias habiendo consumido y solo iba para empaparme de cómo era todo eso, de si yo me vería capaz y demás y mi intención real, osea, nunca pensé que iba a dejar de consumir, simplemente poder calmar esas ganas de consumir, controlar el consumo abusivo y todo, se fue dando, a los dos meses de estar en Neurosalus que iba una vez a la semana, me acuerdo una vez que dejé de ir, recuerdo que un terapeuta me dijo “Ven que te voy a hacer una prueba” yo no sabía que hacían pruebas y desde ese día deje de ir pero Rosalía sabía que estaba yendo a ese sitio, yo la conté una historia totalmente diferente, diciendo que yo ya había pasado por eso, dándomelas de héroe haciendo ver que ya había salido de eso y vio que dejaba de ir y lo que hacía era quedarme en las escaleras de Alcalá y la mandaba ubicación para que creyese que seguía asistiendo y mi miedo era entrar allí, que me hicieran una prueba y viesen que todo lo que contaba era mentira, eso me paralizaba y ahí ya mi cabeza se autoengaño diciendo que yo no necesitaba eso, que mi consumo no me afectaba tanto en mi día a día y seguí hasta que un día totalmente aleatorio, un domingo viniendo de casa de mis abuelos, recogí a Rosalía en su casa y me pilló que mi nariz estaba manchada, me quedé totalmente sin argumentos para decirle que coño era eso, me quedé callado y rompí, ahí sí fue cuando rompí y la prometí que iba a entrar en tratamiento de verdad, que ingresaba o lo hiciera falta y eso no lo hice por nadie, al final Rosalía, entre toda mi vida de desastre, era la única cosa, motivo que me ilusionaba para seguir adelante, me agarré a eso por miedo a perder lo único que me hacía feliz en ese momento, sabía que si no entraba en tratamiento también la perdería a ella, así que entré aquí, me acuerdo, en enero del 2020, meses antes de pandemia, o 2019, no sé, un enero y recuerdo que consumí el dia antes, después de un viaje que hicimos como de desconexión, llegamos a


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ENTREVISTA


 Madrid, consumí y al día siguiente me vine aquí, recuerdo el síndrome de abstinencia que tenía que mi cabeza me engañaba y el primer mes consumía

 azúcar como si fuera el tóxico y realmente recuerdo estar como en activo, osea, la misma sensación, el mismo hábito de cada ciertas horas entrar al baño, coger azúcar y consumir y en ese momento no pensaba que estaba mal hasta que más tarde recordaba esos momentos que había estado aquí como en activo y bueno, fui entrando en tratamiento, diciendo, vale cuatro semanas, que Rosalía vea que esto me va a servir pero con la mente pensando que iba a estar un mes sin consumir para relajar un poco mi cuerpo y volver a las andadas, fui entrando en tratamiento, sufrí, la verdad, sufrí bastante, ese mes lo recuerdo muy duro, muy muy duro, ahí fue la primera vez que sentí que Hostia, yo nunca había tenido esos momentos, esos parones porque nunca deje de consumir, nunca intenté dejar de consumir, solo en un episodio años antes que estuve en el hospital que paré pero luego seguí, sabía que podía volver en cualquier momento y aquí me di cuenta que no y desde entonces, lo de dejarme llevar, si me sirvió y tuve la gran suerte que tener un gran apoyo en el equipo terapéutico, de Rosalía y de ciertos amigos muy cercanos y familiares, mi primo, tíos, mi tía Diana que han estado apoyando en todo este proceso y no sabría decirte cómo pasó todo ese tiempo, como fui mejorando pero posiblemente me dejé llevar y no sé, no hay episodios de aquí pasó esto o lo otro, simplemente vi que merecía la pena.


P.- ¿Quién es Rosalía?

R.- Rosalía es la persona que ha salvado mi vida, literalmente. Como he dicho, si no hubiese sido por ella, yo no hubiera encontrado ese motivo que me hiciera luchar por lo que había soñado y ahora lo estoy logrando, no hubiera entrado aquí, está claro que esto ha sido trabajo mio y demás pero hay muchas personas a mi lado que también me han acompañado y me lo han hecho más fácil y Rosalía es sin duda esa persona.


P.- ¿Quién es Jaime con Rosalía?

R.- Jaime con Rosalía es una persona feliz, que no conocía esas sensaciones, esos sentimientos con anterioridad, que ha aprendido a querer bien, a ser un apoyo y a disfrutar de todas esas cosas que yo en la vida había disfrutado, de cosas que no són materiales, del día a día, de una vida en común que nunca me imaginé tenerla.


P.- ¿Dónde la conociste?

R.- La conocí en el trabajo, era muy muy amiga mía durante mucho



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ENTREVISTA


 tiempo y la conocía muy bien, cuando empezamos ya teníamos una base de conocernos, una confianza, una complicidad increíble, la conocí donde mi consumo empezó a convertirse en abusivo no, lo siguiente entonces tenía por un lado el apoyo de Rosalía y de sentirme contento de estar con ella pero por otro

lado todo el ambiente tóxico que me había generado y que había asociado al consumo que era en ese trabajo, yo la conocí allí, por suerte dejé todo atrás, dejé mi trabajo, dejé de salir y todas las amistades tóxicas que tenía, cambié de casa, el entorno de la casa de mi madre no era favorable para mi recuperación porque era un terreno bastante hostil, una casa donde había consumido día si día también, todo estaba en mi contra hasta que bueno, gracias a mi familia y a la comprensión por lo importante que era para mi un cambio de vida drástico, no solo en ciertos puntos, tuve la gran suerte que estoy eternamente agradecido a mi padre en ese aspecto, separando las distancias con otros problemas que tenemos y tendremos, de facilitarme nuevo hogar donde no ha habido nunca consumo, donde solo ha habido recuperación y felicidad y tiempo en pareja y con eso es con lo que me quedo, cada día que me levanto en esa casa no tengo ningún recuerdo malo, todo lo asocio a recuperación y a una vida diferente y eso me hace levantarme con muchas ganas de vivir. 


P.- ¿Cuál sería tu peor capítulo, tu fondo? 

R.- Uno de los episodios que más recuerdo, sin duda, que lo pasé muy muy mal, estaba en Panamá, Rosalía se de viaje con unas amigas, yo aproveché y me fui a visitar a un amigo con la excusa de estar con él y demás y me fui a Panamá y allí se me fue muchísimo la cabeza, para que os hagáis una idea yo fui a Panamá un día y al cuarto día ya me estaba volviendo porque no salí de la casa de mi amigo en ningún momento o casi en ningún momento y solo me dedicaba a consumir, el tenía amigos allí de sorpresa que conocían a gente que les pasaba y demás, inmediatamente el primer día me gasté muchísimo dinero en mi tóxico y no paré, no dormí ninguno de esos días, solo consumía y consumía y es un episodio que pienso que pude estar en brote o no pero me acuerdo mirarme en un espejo y darme cabezazos en él, sin encontrar el sentido a nada, con arcadas cada diez o veinte segundos del uso abusivo del tóxico, tuve que pedir ayuda, me acuerdo que pedí ayuda a mi tía, tía págame un billete de vuelta que me he gastado todo el dinero y me tuve que volver pero


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ENTREVISTA


 una vez más, me volví engañando a Rosalía porque eso fue al principio de nuestra relación, de ese viaje Rosalía no sabía nada, sabía que yo iba con cuidado y demás, que yo ya había pasado por todo eso y no podía ser claro con ella, no podía decir, me vuelvo porque me voy a morir, no podía decírselo, entonces ella no entendía porque me volvía, fue una situación un poco violenta porque ahí entré en paranoia total, me acuerdo que dejé toda la ropa allí pensando que en el aeropuerto me iban a detener, que me perseguía la gente, me fui con lo puesto, dejé allí un montón de cosas y ese episodio sufrí muchísimo pero también recuerdo episodios de consumo en el trabajo que me ponía literalmente alarmas cada veinte minutos para ir al baño, consumir y después de haber hecho mi trabajo, después de haber hecho un directo o después de haber hecho mis tareas de ese día o algún vídeo para el programa o cualquier otra cosa me pegaba el homenaje antes de comer y luego ya por la tarde en casa, recuerdo que intentaba reducir un poco el consumo, recuerdo perfectamente, una hora antes de tener un directo, para que no se me notara mucho en forma de hablar, mi cabeza iba más rápido que mi boca y me trababa y mi consumo era así a diario, pero es que recuerdo muchos más, domingos en mi casa con mi madre durmiendo la siesta y yo consumiendo, episodios así fuertes son esos pero creo que todos fuertes, mirándolo ahora, tal y como estoy a día de hoy, me pones cualquier imagen mía consumiendo e incluso de noche en un entorno social, me parece igual de dramático que los otros episodios.


P.- ¿Qué le dirías a ese Jaime ahora?  

R.- Pues le diría que… le pediría perdón por haberse castigado tanto, por haberse maltratado tanto, es algo que yo ya me he perdonado la verdad, que las cosas se demuestran con hechos, que creo que me he demostrado que merecía una vida mejor, que he conseguido tener una vida mejor, que sigo luchando por una vida mejor, por mejorar día a día, le diría que lo siento, únicamente.


P.- ¿Qué le faltaba a ese Jaime que consumía hasta morir, que le faltaba, a parte de la adicción claro, que consumía para reventar?

R.- Creo que mucho, mucho amor y mucha compresión, venía de una familia con padres separados, con todos los caprichos del mundo pero muy poca atención, desde pequeño, antes de entrar en el consumo de las drogas, siempre he tenido una mentalidad muy adicta, muy de impulsos, muy de llamar la atención para un poco reclamar ese cariño, no solo con mis padres, también de amigos, familiares y demás, haciendo muchas gilipolleces para que la gente estuviera encima de mi porque no había tenido esa atención de mis padres durante toda mi infancia, entonces lo que le faltaba era mucho amor y también que le hubieran dicho las cosas a tiempo, que le hubieran castigado, 


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que le hubieran dicho lo que está bien y lo que está mal, que le hubieran guiado un poco, al final casi todas las cosas que he hecho ha sido porque a mi nunca me han dicho eso está mal o eso está bien y no es por justificar.

P.- Parece que buscas esa falta de autoridad, esa falta de normas en casa para el consumo, creo que no es eso.


R.- Pues yo creo que es un poco, tiene un poco de todo porque a raíz de eso llegó la bajada de autoestima, el intentar por todos los medios que la gente se sintiera orgullosa de mí y al final el consumo hacía en mí una persona que no paraba, totalmente activa, inventando una vida que realmente no tenía pero llamaba la atención de cara al exterior “fíjate Jaime lo que hace, lo que tal, ahora tal, ahora en directa en tal, sale fiesta e invita a sus amigos” y eso, mi cabeza, se lo tomaba como un autoengaño brutal pero, la dopamina que me daba a mí aparte del tóxico, el tener a tanta gente alrededor y el que la gente hablara de mí era lo que a mi me motivaba en ese momento. Me llegué a autoengañar con todo eso.


P.- ¿Cuál es tu película favorita?

R.- Me encanta Venganza


P.- ¿Canción favorita?

R.- Pánico práctico de Izal

P.- ¿Libro favorito?

R.- La última raya, brutal

P.-¿Ese libro de quién es? me suena

R.- Ese libro, del autor no te sé decir gran cosa, creo que es Javier Rojas o algo así, no estoy seguro, se llama la última raya, la portada es negra y una raya en medio, me lo recomendó Alberto aquí, al tercer mes de estar aquí, me acuerdo que fué bastante horrible leer ese libro porque era muy duro, algún tirón que otro tuve que dejar de leerlo pero el libro es acojonante, lo volví a leer hace unos meses del tirón y es que és brutal el libro.


P.- ¿Qué echas de menos de tu madre?

R.- De mi madre echo de menos tener algo que no he tenido aún, una


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 relación muy cordial, salir a comer con ella los domingos, compartir cosas que 

me salga a mi compartir mis cosas, complicidad, confianza.


P.- Eso es lo que te falta pero ¿Qué echas de menos?

R.- Muchas veces echo de menos verla, simplemente verla


P- ¿Siempre ha sido así la relación? ¿Cómo la recuerdas de chaval?

R.- Yo es que de chaval me recuerdo mucho llamando la atención, reclamando su amor, entonces también recuerdo esas épocas así como con cierto recelo, con celos, mucha dependencia hacia ella, no llegué a disfrutarla del todo, entonces, ni una parte ni otra porque me acuerdo de pequeño también sufría de esa manera, intentando reclamar más su amor aunque ella me lo daba pero para mi no era suficiente, tenía mucha dependencia de mi madre.

P.- ¿Y tu padre?

R.- ¿Qué echo de menos de mi padre? De mi padre me gustaría que fuera más empático, que entendiera un poco más de qué va el tratamiento, que no tiene un fin, que fuera menos obsesivo, me machaca muchas veces con eso pero, siempre ha sido así, echar de menos nada porque todo lo que hago con él que disfruto con él lo he hecho años anteriores y lo sigo haciendo, con mi padre, pese a las diferencias que tengo con él, no me resta en mi tratamiento porque al final los límites los pongo yo y él lo respeta, simplemente me da el coñazo pero lo respeta y luego otra cosas como aficiones y demás lo seguimos haciendo juntos, le veo semanalmente y echar de menos como tal, no, no echo de menos nada, que me gustarían cosas que mejoraran, pues sí, ahí entra la idealización de cómo me gustaría que fuera mi padre pero creo que todo el mundo en su justa medida cambiaría algo de un familiar que le gustaría que fuera mejor pero todos tienen sus cosas y mi padre es así.


P.- A día de hoy ¿Qué le falta a tu vida?

R.- Tener una buena relación con mi madre, teniendo una buena relación con mi madre, mi entorno y demás, creo que no le puedo pedir más a la vida, tengo todo lo demás, sería únicamente eso


P.- ¿Quién es tu mejor amigo?

R.- Mi mejor amigo es curiosamente mi primo, que venía a las terapias, el es mi primo y mi mejor amigo, compartimos además un grupo de amigos, amigos totalmente sanos sanisimos, beben pero no son adictos, un ambiente muy sano y seguimos compartiendo según qué amigos, le sigo teniendo, ha


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ENTREVISTA


estado ahí, que veo menos por las circunstancias y mi tratamiento no me hace compartir momentos con ellos porque yo no puedo estar en ciertos ambientes pero que sigo disfrutando los ratos que tengo con ellos como antes o muchísimo mejor.


P.- ¿Has pensado en algún momento en el suicidio?

R.- Pues es algo que he pensado, yo creo que más que pensarlo como quitarme la vida no, no tener ganas de vivir muchísimas veces, yo me acuerdo de, por las tardes cuando consumía muchísimo que me salía ese lado más melancólico, más pobrecito que lloraba y me victimizaba, sin compartirlo con nadie, recuerdo ponerme canciones de Billie Eillish en la bañera consumiendo y llorando, simplemente consumiendo muchísimo malestar pero quitarme la vida, no sé, creo que la vida ya me la había quitado en vida.


P.- ¿Qué crees que dirá la gente el día que ya no estés?

R.- Creo que dirían que logré madurar, a golpes con la vida o no pero que logré madurar, soy una persona que me vuelco al 100% con los míos, que estoy ahí para cuando lo necesitan, que soy muy responsable, que soy muy buen amigo, que soy buen novio, soy buen sobrino, buen hijo, creo que mi madre también diría que soy buen hijo, creo que dejaría un recuerdo bonito, manteniendo la vida que estoy teniendo, creo que es el mejor reflejo de cómo estoy y yo siempre digo que las cosas se demuestran con hechos y cuando hay hechos, no debes temer a opiniones del demás.

 

P.- Soy igual de adicto que tú, pero hay algo que me ha llamado la atención, el hecho de esnifar azúcar me ha chocado, se que esto llega hasta cualquier nivel pero, ¿Dónde crees que está el nivel de degradación de una persona? ¿Dónde está el límite de abandonar la dignidad?

R.- Yo creo que no hay límite, sinceramente, cada adicto ha hecho locuras, si no es eso es autolesionarse, son tantas cosas las que puedes hacer perdiendo la dignidad que creo que eso es una mera anécdota que a mi me dio por ahí pero me podría haber dado por escaparme, por robar, creo que en ese momento estaba muy mal, estaba muy enfermo, recuerdo que el azúcar era lo más parecido que había aquí y simplemente con el acto de ir a un baño y


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ENTREVISTA


controlar los tiempos y tal a mi me servía, creo que la mente adicta es tan jodida, que hasta tenía los mismos síntomas consumiendo azúcar que con lo otro, osea es brutal, lo sentía igual y no llegue a pensar en ningún momento, pero¿Seré gilipollas? que es azúcar. Llegué a pensar que estaba consumiendo.


P.- Para terminar, ¿una reflexión final de toda la entrevista? 

R.- ¿Una reflexión? Iría por el tema de cuando se dice que de esto sale uno solo, creo sinceramente que sin apoyo es prácticamente imposible, tienen que alinearse muchas cosas, un buen equipo terapéutico, apoyo de la familia y ganas, creo que ese conjunto de cosas unidas hacen una recuperación más amena y te hace motivarte más y entrar en tratamiento de verdad y ver que las cosas van mereciendo la pena, sobretodo el dejarse llevar, olvidarte de todo por un tiempo y simplemente centrarte en la recuperación y ser consciente que sin esto no hay lo otro y haciendo un buen equilibrio sobre eso, siempre tira al estar bien porque sabes que sin esto no hay nada de lo otro.



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Don Fernando

Pedro V

Al llegar a casa, se acomodó en el sillón con un café y dejó volar la imaginación mientras de fondo, el televisor emitía la película de los sábados.

Llamaron a la puerta con un sonido peculiar, el que llamó no usó el timbre, tocó dos veces con el sonido de las falanges de los dedos, sonaban a caricias, sonaban a no tengas prisa, puedo esperar. Don Fernando se incorporó y se acercó a la puerta con la cautela de un gorrión recogiendo migas de pan, acercó el ojo a la mirilla y el corazón le dio un vuelco, miró con nerviosismo a su alrededor, esperando ver un escondite donde meterse o tan solo una excusa para no abrir.

-Don Fernando, ¿está usted ahí? ¿Don Fernando? Sé que está, ábrame por favor se lo pido, no quiero quedar como una estúpida esperando toda la noche.

En ese momento sentía que no podía escapar de aquello que tanto había estado temiendo. Llevaba demasiado tiempo evitando pensar en ello, se engañaba a sí mismo pensando que todo había sido una mala racha y que nadie había reparado en su secreto. Y, de repente, ahí estaba llamando a su puerta cuando menos se lo esperaba. Un sudor frío le recorría todo el cuerpo y bloqueaba sus pensamientos, no podía moverse.

-Don Fernando, tenemos que hablar y usted lo sabe, tarde o temprano los dos sabíamos que llegaría este momento y tiene que afrontarlo.

¡Claro que lo sabía! Pero ¿por qué ahora, después de tanto tiempo? Ahora que ya se había resignado a su realidad y todo parecía tan perfecto para él. Estaba claro que ya no podía seguir escondiéndose, la verdad, la cruda y desnuda verdad estaba

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CUENTACUENTOS

 llamando a su puerta y no había salida. ¿Debía abrirla y mirarla a los ojos o acabar con todo allí mismo, en ese instante? Buscaba otra alternativa con las pocas fuerzas que le quedaban, pero en fondo sabía que no la iba a encontrar, estaba atrapado y él mismo se había construido su propia cárcel.

- ¡Vete! – gritó sin saber de dónde salía esa voz- ¿Por qué no me dejas en paz? No hago daño a nadie, sólo vete y déjame tranquilo. 

- Sabe usted que no es así, Don Fernando, sabe que no puedo irme. En realidad nunca me he ido, siempre he estado a su lado, formo parte de su vida desde hace demasiado tiempo ¿es que ya no se acuerda?

Esa voz, tan suave y encantadora, tan terriblemente convincente y tan familiar. ¡No! No quería escucharla, se tapaba los oídos sabiendo que no iba a servir de nada, realmente esa voz le estaba diciendo lo que él mismo, en sus pocos momentos de lucidez, se repetía una y otra vez. ¡Claro que se acordaba! Muy a pesar suyo se acordaba perfectamente, como también sabía por qué deseaba olvidar la pesadilla que le llamaba desde el otro lado de la puerta. 

-Si te abro otra vez todo habrá acabado y tú lo sabes. Y será así para los dos, para ti también. Vete y sigamos nuestros caminos por separado, busca a otro al que destrozar la vida.

-No puedo, -dijo ella- así no. Después de todo lo que hemos vivido juntos no quiero que esto acabe de esta manera, sin mirarle a los ojos una vez más.

-¡No!¡Vete! -dijo con esa voz temblorosa que era el presagio de las lágrimas que afloraban de sus ojos- Te lo suplico, déjame de una vez, ya no podría soportar tu mirada, te conozco demasiado bien, sé de lo que eres capaz. 

Recordaba lo que había supuesto conocerla, el anhelo por la siguiente cita al principio, ese cosquilleo que experimentaba cada vez que hacían planes para verse, la necesidad de verla luego con más frecuencia, cómo se le escapaba la vida más tarde con sus cada vez menos ausencias, y la locura al final si ella no estaba a cada instante. Pero algo en él le empujaba a seguir escuchándola, esa voz, cálida y segura, le hipnotizaba y anulaba su voluntad, convertía su poca determinación en polvo y destruía su libertad.

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CUENTACUENTOS

Agarró el pomo de la puerta con las dos manos, cada una de ellas luchando contra la otra, una para abrir la puerta que le conduciría de nuevo a la perdición y a la más absoluta oscuridad y la otra como si gritara desesperadamente mientras intentaba detenerla. Esa lucha que tantas veces sintió en su interior se estaba librando ahora entre sus manos. Y ella, ajena a cualquier lucha, consciente de su poder, le seguía susurrando:

-Déjelo Don Fernando, no siga luchando, sabe que perderá. Volvamos a vernos, sólo una vez más y le juro que me iré. Pero deme una sola ocasión de verle y explicarme, yo lo necesito y usted también.

Llevaba razón, estaba seguro de que si seguía luchando perdería, siempre lo hizo. Estaba cansado, no había dormido bien y sentía que sus pensamientos no eran claros, no le ayudaban. Tenía que serenarse y dejar de escuchar, aunque sólo fuera por un momento, a esa voz a la que tantas y tan oscuras veces había obedecido. Cerró los ojos y respiró profundamente, pero con eso no bastaría, ya lo sabía, lo había experimentado en tantas ocasiones…

“¡Piensa! – se dijo a sí mismo -, aunque de eso ya hace un tiempo, no es la primera vez que viene a buscarte” Sí, sus visitas se iban espaciando en el tiempo, como si cada vez que la rechazaba ella fuera perdiendo parte de sus energías, como si sus trucos fuesen menos efectivos, como si su voz estuviera más insegura y, por eso mismo, mostraba más ira y desesperación. Pero ¿qué hizo en las anteriores ocasiones? Intentaba recordar, pero su atención todavía estaba puesta en la lucha que seguían librando sus manos.

De repente algo vino a su memoria que le sacó de la angustia, como si siempre hubiera estado allí, aunque no la prestara atención las veces que se dejaba dominar por la voz de detrás de la puerta. ¡No estaba solo! Nunca lo estuvo a pesar de sentirse así casi toda su vida. Pero no ahora, ella estaba con él, a su lado. No, no era un recuerdo, al abrir los ojos la vio sonriendo mientras le miraba, le cogía suavemente las manos separándolas sin dificultad del pomo de la puerta y le susurraba “tranquilo Fernando, estoy a tu lado”.

Se dio cuenta de que hacía un rato que la voz del otro lado había callado. Todavía con el sudor resbalándole por la frente se asomó a la mirilla sin soltar las manos que ahora le protegían. Y la vio, seguía allí, mirándole con esa mezcla de maldad, odio e ira que tanto la caracterizaban, pero esta vez con un destello de inseguridad que intentaba esconder para no mostrar su propio miedo. Estaba perdiendo su poder e influencia sobre Don Fernando, ambos lo sabían ahora, bajó  la mirada y comenzó a dar media vuelta.

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CUENTACUENTOS

  • Se va, pero volverá, lo sé – dijo Don Fernando.

  • Sí, yo también, como también sé que no te encontrará solo. Ya no, nunca más - respondió ella con una mirada llena de amor y calidez- Estoy orgullosa de ti ¿no lo sabías?

Lo sabía, pero todavía le costaba entenderlo. La había hecho tanto daño que en ocasiones se seguía preguntando qué había hecho él para que volviera a su lado. Ella percibió sus dudas, soltó sus manos y le rodeó con sus brazos mientras le decía:

  • Me has dado el más grande de los regalos que nadie me podría haber hecho, me has devuelto a tu lado. 

Así era, él tomó la decisión más difícil y dura en el momento más oscuro de su vida. La había elegido a ella renunciando a los demoledores encantos de aquella arpía que les separó durante demasiado tiempo. Poco a poco se fue calmando, la siguió mirando a los ojos mientras los dos volvían al sofá y por fin sonrió. Se sentía protegido, querido y orgulloso de vivir ese momento. No estaba solo y, lo que era más importante, no se sentía solo. Nunca más permitiría que aquella voz le quitara lo que más quería, su libertad para elegir.


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EL TIEMPO

¡Cómo pasa el tiempo! ¡Parece que fue ayer! ¿Sólo ha pasado una hora? Es muy probable que casi todos hayamos dicho estas frases más de una vez dependiendo de si nos estamos aburriendo o divirtiendo, de si nos gusta lo que hacemos o de si hemos estado pendientes de algo y luego nos hemos olvidado y nos hemos dedicado a otra cosa. En fin, de lo que estoy seguro es de que todos estaremos de acuerdo en que una hora es una hora aquí y en Sebastopol y estemos haciendo lo que estemos haciendo. Por supuesto, aquí no entraré en cuestiones de física avanzada como la relatividad de Einstein ni cosas por el estilo porque creo que a todos se nos escapa. El hecho de que un viajero interestelar que viaje a una velocidad cercana a la de la luz y años después, cuando regrese a la Tierra, tenga una apariencia más joven que la de su propia hija se sale del tema del que quiero hablar aquí.

El caso es que, como decía antes, una hora es una hora y punto. Lo que sí puede variar es la percepción que tengamos del transcurso de esa hora, día, año o década. El caso es que hay varios factores que influyen en la noción del tiempo: las emociones, las enfermedades, la edad, lo placenteras o tediosas que sean las actividades con que llenamos ese tiempo, la cantidad de acciones que realizamos en un día son algunos de los elementos que nos ayudan a modular esta noción del tiempo. Ya decía nuestro admirado Albert Einstein que “una hora sentada con una chica guapa en un banco del parque pasa como un minuto, pero un minuto sentado sobre una estufa caliente parece una hora”.

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CIENCIA

Podemos poner muchos ejemplos de cómo percibimos el paso del tiempo según esos factores que enumerábamos antes, unas vacaciones, por ejemplo. Después de irnos una semana de vacaciones, al regresar podemos tener la sensación de que han pasado tres meses. ¿Y eso cómo se explica? “Las vacaciones rompen la rutina instaurada y nos hacen implicarnos en cosas que se salen de lo común; es como si abriéramos un paréntesis espacio temporal que provoca que el tiempo nos pase a otra velocidad”, explica el sociólogo Francesc Núñez de la UOC. Otro factor es la edad. Desde niños hasta una edad adulta temprana vivimos muchas más experiencias nuevas y adquirimos innumerables habilidades mientras que, sin embargo, como adultos, nuestras vidas se vuelven más rutinarias y experimentamos menos momentos desconocidos. Como resultado, al reflexionar sobre nuestros primeros años estos parecen haber durado más. Planificar actividades en función del reloj es costoso para un niño, ya que esta actividad guarda relación con la evolución del lóbulo frontal del cerebro. “Es un proceso evolutivo que no se consolida desde el punto de vista de dimensión neuronal hasta pasados los veinte años”, justifica Manuel De Gracia, profesor de Psicología de la UdG. Eso explica por qué un niño que tiene que entregar unos deberes para pasado mañana puede que se olvide de hacerlos. “Para el niño ese tiempo es una eternidad, no para el maestro que tiene capacidad para planificar y dispone de agendas o móviles para ajustarse al tiempo del reloj”, explica el profesor.

Los adultos creamos los automatismos y hábitos como una fórmula de ahorrar energía; y sí, ahorramos energía, pero ¿a costa de qué? De que en muchas ocasiones ni vemos las cosas que suceden a nuestro alrededor. En cambio, los niños tienden a mostrar sorpresa por muchas cosas, cualquier aspecto les llama la atención, están más pendientes de lo que les rodea. En Neurosalus utilizamos una herramienta que, aunque algunos lo utilizan para dormir, en realidad tiene otro objetivo. El mindfulness ayuda a tomar conciencia de cada instante. Cuando centramos nuestra atención en cada detalle, gozamos más de lo que hacemos. ¿Os suena? Es el famoso “aquí y ahora” que tantas veces decimos en las grupales.

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CIENCIA

Pero me estoy poniendo un poco científico y no era mi intención. Para que seamos conscientes de cómo distorsionamos el paso del tiempo os quiero mostrar algunos ejemplos que puede que os sorprendan, al menos conmigo lo hicieron cuando los conocí.

Si os digo Cleopatra, Pirámides y Pizza Hut probablemente relacionaréis las dos primeras y os preguntaréis qué tendrán que ver con algo tan reciente como una pizza. Cleopatra nació en el año 30 a.C. mientras que la gran pirámide de Gizeh se construyó sobre el 2560 a.C. El primer Pizza Hut se inauguró en 1958 d.C. lo que significa que Cleopatra estuvo unos quinientos años más cerca de comerse una pizza familiar que de ver cómo se levantaba la gran pirámide.

Hablemos de mamuts. Todos tenemos la imagen de estas bestias enormes caminando sobre el hielo y a unos cavernícolas intentando cazarlos para aprovechar su carne y su piel como fuentes de comida y abrigo. Pues bien, resulta que los mamuts “aguantaron” hasta el 1650 a.C. aproximadamente, cuando las pirámides ya llevaban construidas unos 1000 años. Volviendo a Cleopatra, esto significa que estuvo a su vez más cerca de ver un mamut que de comerse una pizza.

Y retomemos el tema de las pirámides, en esa ocasión las aztecas. Es fácil relacionarlas con las de Egipto y, por ende, situarlas temporalmente cercanas a ellas. Diríamos que ambas se estudiarían en las más famosas universidades, como la de Oxford por ejemplo. Pues bien, difícilmente se podría hablar de las pirámides aztecas en los primeros 100 años de dicha universidad ya que ésta se fundó oficialmente en el 1249 d.C. mientras que la civilización azteca no comenzó “oficialmente” hasta el 1325 d.C. eso sin tener en cuenta que no se descubrieron hasta unos 300 años después de la fundación de la universidad.

Los seres humanos ocupamos solo el 0,004% del tiempo de la Tierra. Para que nos hagamos una idea, si comprimiéramos todo el tiempo de nuestro planeta en un solo año, los seres humanos apareceríamos apenas en los últimos minutos del 31 de diciembre. Parece que siempre hemos estado aquí y que por 

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CIENCIA

ello tenemos el derecho de apropiarnos su titularidad. Un poco prepotente ¿no?.

Hablando de tiempo, siempre hacemos hincapié en vivir el presente. Pues bien, siendo rigurosos nosotros nunca lo hacemos, y no porque no queramos es que físicamente es imposible. Diversos estudios han comprobado que nuestra consciencia tarda unos 80 milisegundos en procesar la realidad que nos rodea, luego es rigurosamente acertado afirmar que vivimos permanentemente en el pasado. Vaya lío.

En fin, lo único que he pretendido es que nos demos cuenta de cómo nuestra percepción de las cosas no siempre tiene que ser la correcta. Constantemente nos obcecamos en nuestras ideas, opiniones o creencias y nos basamos en ellas para tomar decisiones que creemos adecuadas. Demos una opción a estar equivocados, no pasa nada y menos si eso supone dejar de transitar un camino que nos puede llevar a la perdición. A buen entendedor…



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UN PEDACITO DE MI 2ªpte

    Fueron muchos los accidentes por los que pasé y muchos los hospitales que pisé, desde una caída donde me rompí la cabeza pasando por varios delirium tremens. En una ocasión, el médico me habló de, en caso de tener que buscar un donante de hígado, tendría que tomarme en serio dejar la bebida de inmediato, a mi ritmo, mi hígado no aguantaría muchos asaltos más. Ni siquiera esas palabras me produjeron la más mínima preocupación, seguía bebiendo al mismo ritmo o incluso aumentaba día a día. 

Fue en una reunión familiar donde se abordó el tema cuando se decidió que lo mejor para mi era un ingreso, el psiquiatra de salud mental, el Dr Otero, nos recomendó pedir cita cuanto antes, nos facilitó un volante de prioridad y en mes y medio me dieron cita.

Pasé media mañana en la sala de espera de aquel psiquiátrico, sólo había consumido un trago de whisky a las siete de la mañana, eran las once y mi cuerpo ya temblaba enviándome señales de alarma, necesitaba un trago urgente.

Pasamos mi esposa y yo al despacho de la asistenta social donde me hizo una pequeña entrevista y al ver mi estado me envió con una enfermera a ver al Doctor, mientras ella terminaba el papeleo de admisión. 

El Doctor Psiquiatra, me atendió a los cinco minutos en su despacho. La primera impresión no fue buena, sin mediar palabra, lo primero que hizo fue ponerme en la boca el alcoholímetro, así, sin dar los buenos días.

.- ¿Cuándo has consumido por última vez?

Por miedo a que no me admitieran por haber consumido esa misma mañana le dije que la noche anterior, como si eso cambiara mucho la situación.

.- ¿Estás seguro? Según el alcoholímetro, tu consumo ha sido de esta mañana, das una tasa importante.

Mi cerebro empezó a funcionar de una manera vertiginosa, buscando una respuesta sensata a su pregunta y de repente ¡¡BINGO!!


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LAS VIDAS CONTADAS


.- Bueno, no sé si tendrá que ver que mi hígado está bastante tocado y no metaboliza bien, según las últimas ecografías tengo el hígado inflamado y muy graso.

.- Bueno. Continuó el Doctor. Realmente cuando hayas consumido es lo de menos.

Sacó de un cajón una pastilla y me dijo que me la colocara bajo la lengua. 

Salí de allí sin más preguntas, sin más valoración que el del alcoholímetro pero salí con una píldora bajo la lengua.

La enfermera me llevó hasta mi nueva habitación, revisión de equipaje, lectura de las normas del hospital y despedida de mi esposa, allí estaré durante diez días para superar el síndrome de abstinencia y lograr la desintoxicación.

La habitación disponía de dos camas y un baño, lo que me dio a entender que compartiría habitación con alguien, en ese momento, cuando ya de fue la enfermera, me sentí más solo que nunca, estudie la habitación con todo detenimiento, un armario de dos puertas, un radiador de hierro oxidado que desprendía un calor sofocante, un ventanal que solo dejaba entrar la luz, estaba sellado y no podías dejar entrar aire fresco, dos camas con sus mesillas correspondientes donde guarde mi libro en la mía “Un saco de huesos” de Stephen King . Acomodé mi equipaje en el armario intentando crear un ambiente lo más acogedor y llevadero posible. 

Salí de la habitación y me dirigí a la habitación común, una habitación dividida en dos zonas, la primera disponía de dos sofás amplios y tres sillones dirigidos a un viejo televisor, la otra zona estaba compuesta por una gran mesa y sillas, junto a la pared había un mueble con juegos de mesa, ajedrez, damas, monopoly… Cerca de una de las ventanas dormía una bicicleta estática seguramente averiada. No había nadie en la sala, supongo que los pacientes estarían en alguna actividad.  Entró la misma enfermera que me llevó a la habitación y me ofreció algo de desayunar, lo cual rechacé ya que mi estómago estaba totalmente cerrado, tan solo acepté un vaso de zumo que me sentó francamente mal.

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LAS VIDAS CONTADAS


No tardé mucho en adaptarme a la situación y a los compañeros, en total éramos siete contando hombre y mujeres, no es difícil encajar cuando todos venimos del mismo sitio. En ese periodo de desintoxicación, pasábamos el tiempo haciendo actividades para mantenernos ocupados y alguna charla sobre alcoholismo y adicción, un día a la semana veíamos al psicólogo que en realidad no sé exactamente cuál era su función. Total, en diez días me mandaron a casa y volví a la semana siguiente a la unidad de deshabituación. 

La UDA (Unidad de Deshabituación del Alcohol)  Se encontraba en el mismo edificio donde estuve la semana anterior pero al lado opuesto, aquí nos dejaba salir a fumar a la puerta trasera del edificio, en la unidad de desintoxicación teníamos una sala de fumadores, no pisé la calle en diez días.

En la UDA no solo se trataba el alcoholismo, no olvidemos de que es un hospital psiquiátrico y la mezcla de pacientes puede ser muy variopinta.

Allí conocí a Justo, cuando llegué, él ya llevaba una pila de años allí metido. Justo era un tipo alto y delgado, de cara chupada y nariz prominente, andaba siempre encorvado y su boca desdentada sonreía sin motivo, al menos a mi juicio.  Era amigo de todos, recorría el pasillo de principio a fin una y otra vez saludando a quien se pusiera en su camino.

.-¿Qué tal Justo?

.- Bien, aquí, esperando. ¿Tienes un pitillo?

.- CLaro Justo

Justo llevaba ingresado en el psiquiátrico desde el servicio militar, algo pasó en su cabeza que terminó enfundado una camisa de fuerza, cuando lo conocí rondaría los cincuenta, cerca de treinta años sin salir de aquellos muros, a base de pastillas y comida sin sal. 

Pedía tabaco a todo el que se pusiera a su paso, era su único entretenimiento, pedir pitillos y fumar, así pasaba los días, en la puerta trasera del edificio donde nos juntábamos a fumar, siempre estaba allí, con los bolsillos del pijama repletos de cigarrillos mendigados.

La noche daba paso a los recitales de dolor, partituras de llantos y angustia acompañan al más terrible silencio, silencio que llegaría en su totalidad al efecto de las drogas. Ya descansan. En más de una ocasión me pregunté qué tipo de sueños tendría Justo. Seguramente en montañas de cigarrillos, muchos cigarrillos, creo que solemos soñar aquello a lo que dedicamos la mayor parte del tiempo. Quizá me equivoque pero a mi en particular me pasa. 


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LAS VIDAS CONTADAS


6:45 am. La enfermera de turno, en este caso Maite, pasa la ronda despertando a los pacientes, habitación por habitación, paciente por paciente. 

Maite es la encargada esta mañana de levantar a los pacientes de mi módulo, en cada módulo hay un total de diez habitaciones y en el edificio donde me encuentro hay tres módulos, yo estoy en el módulo 1, en la primera planta, aquí se vive bien, es el módulo de los menos locos, Justo, está en el módulo 2 que tampoco se vive mal, allí se encuentran los pacientes que tienen patologías algo más severas pero no causan problemas, son tan mansos como los de mi unidad. 

Siempre soy el primero en utilizar la ducha, Raúl, mi compañero de habitación es más perezoso a la hora de levantarse, una ventaja a mi favor, no me gusta utilizar el baño después de haberlo utilizado otra persona. 

Cuando Raúl se dispone a asearse, yo ya estoy casi vestido y con la cama hecha. 

Toco a la puerta del baño para avisar que va con retraso.

.- “Toc-toc” Raúl!! vas tarde Raúl, hay que ir a por la medicación y el tabaco, sabes que si llegas tarde no te darán el tabaco y no cuentes con el mio.

El tabaco nos lo tienen controlado, solo nos dan diez pitillos por cabeza al día y te lo tienes que administrar. Lo reparten a primera hora de la mañana, al tiempo que dan la medicación antes del desayuno. 

.- Buenos días Teresa.  Teresa es la enfermera encargada de repartir la medicación y el tabaco. 

Es una buena persona aunque la primera impresión pueda parecer de carácter seco una vez la vas conociendo descubres un buen corazón en su interior. 

.- Buenos días, aquí tienes tus pastillas y el tabaco, pasa al comedor a desayunar.

.- Gracias Teresa.

El comedor es una habitación amplia con grandes ventanales que dejan pasar la luz del sol pero no el aire, están cerradas a cal y canto para evitar que algún paciente salga del recinto.  El desayuno se lo sirve uno mismo, un sobre de descafeinado, nos servimos la leche de un termo y galletas Chiquilín con mermelada de fresa. No hay un sitio determinado para cada uno, hay cinco


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LAS VIDAS CONTADAS

 

mesas con sus cuatro sillas que se van ocupando según recoges tu desayuno. Nos dan de veinte a treinta minutos para desayunar y dejar todo recogido de nuevo. Raúl como de costumbre llega el último y por los pelos a recoger el tabaco. Los primeros días me era casi imposible acordarme de los nombres de los compañeros, ahora no solo me se sus nombres, también los de el segundo y el tercer módulo. 

.- Van a meter uno nuevo. Me dice Mario que está sentado a mi lado.

Mario es un joven que no llega a los veinte, el uso de estupefacientes le traído hasta aquí después de experimentar varios episodios psicóticos, su cabeza está totalmente desecha de tanta droga, es un caso irreversible, está en brote constante y sus conversaciones son de los más irreales, siempre está alerta de cualquier ataque y solo le hacen dormir los somníferos.

.- ¿Cómo te has enterado Mario? Pregunta Richar, el cual está recién incorporado de la segunda planta, módulo dos, por buen comportamiento y la valoración del psiquiatra. Ricardo lleva tiempo en el centro, es un caso aparte, fue acusado de asesinato y se hizo el loco para no ingresar en prisión, ha pasado por el módulo tres, el dos y ahora está entre nosotros en el uno. Yo no creo que matara a nadie, al menos no da el aspecto de asesino, no tiene espíritu suficiente para cometer un acto así, parece estar cansado todo el día pero quizá sea la medicación la que hace que la fiera que lleva dentro  amanse.

.- Cosas que oigo por aquí, por allá… Respondió Mario mientras peleaba con el envoltorio de las galletas.

Mario se enteraba de todos los cuchicheos del módulo, su paranoia persecutoria hacía que todos sus sentidos estuviesen alerta y se enteraba de todas las conversaciones que circulaban a su alrededor.

.- He oído que es un pájaro de mucho cuidado, creo que le llevan a la tercera planta.Prosiguió Mario.

Aunque cada planta tenía capacidad para veinte personas, habían camas vacías, en nuestro módulo éramos doce, siete hombres y cinco mujeres y en ocasiones teníamos disputas a la hora de elegir el canal de televisión. 

Una vez desayunados tenemos diez minutos para fumar en la parte trasera del edificio, antiguamente teníamos una sala de fumadores que era genial para los fríos días de invierno pero, las nuevas leyes prohibieron fumar en el interior de todo el edificio.  

El primer cigarrillo de la mañana, a mi gusto el mejor de todos. Las conversaciones en la puerta trasera son de lo más simples, casi nadie sabe qué decir y casi todo se dijo ya, María es la más habladora del grupo, siempre tiene algún motivo de conversación, es una habilidad que desearía tener, es algo que envidio, el don de palabra. 


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.- Pronto llegará el frío y las lluvias. Dijo Maria a modo de reclamo para iniciar una conversación.

.- No seas aguafiestas, todavía quedan muchos días de sol. Dijo Raúl mirando al cielo despejado .- ¿Ves? Hoy también saldrá el sol.

.- He dicho pronto, no hoy. Por las fechas en las que estamos, pronto llegará el frío y  nos congelaremos fumando en esta puta puerta. Repuso María.

Ataviados con ropa de deporte, Maite nos abre camino hacia el gimnasio donde nos espera Carlos, el entrenador deportivo. La edad del grupo oscila de los apenas veinte años de Mario a los sesenta y largos de Paco, “el chapista”, encerrado hace tres años por daño cerebral al parecer por el uso inadecuado de barbitúricos.

Al ser tan dispares las edades, los ejercicios son más bien aeróbicos, sin más dificultad que acordarse que pierna has de levantar para no salirte de la dinámica. Tras cuarenta y cinco minutos de ejercicio, vuelta a la ducha y cambio de ropa. A diferencia de la segunda y tercera planta, nosotros tenemos el privilegio de poder vestir con ropa de calle, para nosotros es una distinción, hace que no nos veamos tan locos como el resto. A veces preferiría estar todo el día en pijama, es un engorro tener que estar poniendo la lavadora y una odisea cuando nos juntamos varios con ropa para lavar, no digamos ya la plancha… 

Puedes pensar que la vida en el psiquiátrico es aburrida, quizá para los de la tercera planta, pero nosotros tenemos el día repleto de actividades y se agradecen los ratos de tiempo libre que básicamente lo utilizamos para descansar y fumar.

La mayoría de los que estamos en mi unidad, vinimos por problemas con el alcohol o la cocina o ambos, unos más perjudicados que otros pero todos compartimos el mismo problema. La mayor parte del tiempo nos tienen ocupados con actividades como manualidades, documentales, gimnasia y charlas sobre prevención de recaídas. También tenemos dos días por semana terapia de grupo con el Doctor Rodríguez, esas son las horas más temidas de la semana, parece que el Doctor Rodríguez disfruta humillándonos, nos hace sentir mal y hace que nos avergoncemos de vivir, es una verdadera tortura, no tiene corazón. Se supone que la terapia debería servir para descargar tus miserias y así sentirte aliviado pero no, en las terapias del Doctor Rodríguez 


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sales más cargado que cuando entras. Últimamente hemos tomado la decisión de permanecer en silencio en sus terapias, no sé qué es peor. Un silencio helado inunda la enorme sala de terapia y el Doctor se mantiene impasible, ojea de lado a lado la habitación, observa nuestras caras, nuestros gestos, sus labios no se despegan, permanece más en silencio si cabe que nosotros, es una situación 

amenazante, te sientes presionado, esa situación se prolonga durante sesenta minutos interminables donde el brillo de sudor nace en la frente de los allí 

presentes, de todos menos del Doctor Rodríguez.  A los sesenta minutos exactos, el Doctor se levanta y da por concluida la sesión terapéutica. 

.- Este tío es un psicópata.  Comenta María mientras salimos de la sala.

.- A mi me gustaría hablar, pero este tío me pone nervioso y seguro que se ríe de mí o me dice que estoy loco, no sé, lo paso mal. Responde Raúl en voz baja, casi en un susurro.

.- No sé, quizá no sea tan malo, continua Paco el “chapista” hemos conocido tipos peores que este pijo engreído, deberíamos hablar todos, de lo que sea, de lo primero que se nos ocurra. Seguro que Mario tiene muchas cosas que contar jajajajajaja, ¿no es así Mario? 

.- Vete al cuerno capullo, seguro que tu también tienes mucha mierda que contar, tus lios con tus putitas y las palizas que les dabas, ¿no vas a contarlo?  Respondió Mario en tono altivo. 

.- Eso no es cierto, a tu madre nunca la pegué jajajajajaja. Dijo Paco en tono burlón.

El tono de voz estaba subiendo por momentos y fue cuando intervino Luís, uno de los celadores de la unidad, un personaje corpulento de piel morena y acento mejicano. 

.- Chicos, dejadlo ya, no quiero oír voces, comportaros como personas civilizadas.

.- Está bien Luís, tranquilo, nos portaremos bien. Dijo Paco.

Nos reunimos como de costumbre en la puerta trasera del edificio a fumar.

.- ¿Has oído a Luís?  me dice Raúl en voz baja .- ha dicho que no quiere oír voces, yo tampoco quiero oír voces y las oigo continuamente, ¿Tú también las oyes?

.- Si, le escuché y no creo que se refiriera a esas voces y si, yo también las oigo.

.-  ¡¡Hostia tío!! Intervino Lucía que estaba al acecho.- ¿A vosotros que os dicen? Las mias no paran de hablarme, ahora están super mosqueadas porque quieren que me meta algo pero aquí no tengo ná que meterme.

Lucia es un caso especial, todavía vive inmersa en la era de los ochenta a pesar de que no los viviera ya que tiene treinta y nueve años y en los ochenta sería 


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LAS VIDAS CONTADAS


muy niña para drogarse pero es consumidora de LSD y otros psicotrópicos que la han llevado a una locura permanente, sin retorno, ha vivido sola durante mucho tiempo de comuna en comuna, lo típico del sexo, drogas y rock&roll.

.- Yo hablo todas las noches con mi hermana. Intervino Justo que se incorporó a la puerta trasera.

.- Hola Justo, ¿qué tal, cómo estás? Le dije con una sonrisa. 

.- Bien, esperando ¿Tienes un pitillo? Yo hablo todas las noches con mi hermana y me dice que va a venir a verme pero aquí sigo, esperando.

.- Paciencia Justo, si te ha dicho que viene vendrá.

.- ¿Tu crees? No sé, le suplico todas las noches que me saque de aquí y siempre me dice lo mismo, que vendrá el fin de semana pero nada, aquí sigo, esperando.

  .- Tendrá muchas cosas que hacer Justo, no seas impaciente.

.- Tienes razón tío, soy un egoísta, tendré paciencia y aquí seguiré, esperando.

Es curioso, solo llevaba una semana en la UDA y ya creía estar curado, es más, cuando salí de la desintoxicación, ya creí estar curado. Ver a todos estos personajes a mi alrededor me hacía fuerte, mi problema no era el mismo que el suyo, este no era mi sitio.  Aún así quise completar el programa establecido, más bien lo hacía por demostrar a la familia que estaba haciendo algo por solucionar mi supuesto problema con el alcohol.

El tiempo estimado en la UDA es de cuatro semanas, 28 días, una vez pasado ese tiempo, estés o no estés preparado te manda a casa. De no ser que el Psiquiatra detecte alguna patología más allá de la adicción, entonces pasarás a la segunda planta, unidad dos, donde allí, el tiempo es indeterminado.

A las diez de la noche todo el mundo tiene que estar en la cama, cenados y medicados, a las diez y treinta minutos exactos, se apagan las luces, el pasillo queda iluminado con las pequeñas luces de emergencia y la pequeña luz de la garita donde se resguarda la enfermera o enfermero de noche.

Es cuando, poco a poco, se va haciendo el silencio, poco a poco, empieza a surtir efecto la medicación.


Continuará…


Nota:

Los nombres citados no son reales por salvaguardar el anonimato de todos los que aparecen en el escrito. 



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Cochinita Pibil Express

INGREDIENTES

  • 1 Kg. Costillas de Cerdo Troceadas

  • 1Kg. Carne de Cerdo en tacos

  • 7 Naranjas

  • 8 Limones

  • Pimentón Dulce

  • Pimentón Picante

  • Comino

  • Tomillo

  • Pimienta Negra

  • Laurel

  • Orégano

  • Sal

  • Aceite

  • Vinagre de Manzana

  • 1 Vaso de Agua

  • 1 Paquete de Tortillas de Maíz

  • 4 Aguacates

  • 1 Cebolla

  • 1 Paq. Queso

  • 1 Paq. Cilantro

  • 2 Yogurt de Coco



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GASTRONOMÍA

ELABORACIÓN


En primer lugar, salpimentamos las carnes al gusto.


En una olla mediana añadimos un vaso de zumo de naranja, un vaso de zumo de limón, un vaso de agua, ¼ de vaso de vinagre de manzana y una hoja de laurel y removemos.  Añadimos toda la carne y dejamos a fuego lento (al 6 si es eléctrica) y seguidamente añadimos una cucharada sopera de pimentón dulce, otra de pimentón picante, otra de comino, otra de tomillo y una de orégano.


Removemos y dejamos cocer a fuego lento durante 1 hora y 40 minutos.

Si después de este tiempo, observas que sigue un poco dura la carne, dejamos media hora más siempre con la olla tapada.


Una vez la carne esté bien tierna, colamos el jugo y deshacemos la carne con los dedos, se puede añadir un poco de aceite de oliva para que se desmenuce mejor.


ELABORACIÓN DE LAS TORTILLAS


            1.- Limpiamos los aguacates, laminamos y reservamos.

2- Laminamos el queso y lo reservamos también.

3.-Cortamos muy finamente la cebolla y reservamos.


LA SALSA

Yogur; Le añadimos un chorrito de aceite, pimienta negra, mantequilla en pomada (semi derretida)  pizca de nuez moscada, cilantro muy picadito, mezclamos bien y ya tenemos la salsa para nuestra Cochinita Pibil Express.


Rellena tus tortillas al gusto y a disfrutar.


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SABORES DEL MUNDO

GASTRONOMÍA INTERNACIONAL

Chef. Oscar Torres

Lumpiang filipino.

Ingredientes (2 personas)

  • 8 hojas de pasta para rollito de primavera

  • Aceite para freír

Para el relleno

  • 200 g. De carne de cerdo picada

  • 200 g. De gamba picada

  • 1 huevo

  • 2 dientes de ajo

  • 1 cebolla pequeña

  • ½ zanahoria

  • 2 cucharadas de salsa soja

  • Sal

  • Pimienta


Elaboración de la receta de Lumpia, 

rollito de primavera de Filipinas

Introduce la carne y las gambas picadas en un bol. Añade una pizca de sal y una pizca de pimienta. Agrega los dientes de ajo, la cebolla y la zanahoria picados muy finamente. Vierte la salsa de soja y el huevo. Mezcla todo bien.


Echa un poco de la mezcla sobre una hoja de pasta para rollitos. Enróllala formando un cilindro. Moja con agua el lado del cierre y sella bien el rollito.


Fríe los rollitos o lumpias en abundante aceite hasta que se hagan por dentro y queden dorados y crujientes por fuera, unos 4 minutos. Escúrrelos en papel absorbente.


Para la salsa, mezcla en un bol la salsa de pescado, el zumo de media lima, una cucharada de agua, una cucharadita de azúcar, la zanahoria y la chalota picadas finamente y unas rodajitas de chile thai al gusto.

Presenta la salsa en una salsera para servir al gusto.


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🧁El Rincón del Goloso🧁

Chema

Cheesecakes de Kinder Bueno


INGREDIENTES PARA LA BASE DE GALLETA

60Gr. De Galletas María

30Gr. De Mantequilla

1 Cucharada sopera de Cacao en polvo (Sin azúcar)


PARA LA CREMA DE KINDER BUENO

  • 4 Barritas de Kínder Bueno

  • 120 Gr. de Mascarpone

  • 120 Gr. Queso Philadelphia

  • 200 ml. Nata para cocinar

  • 40 Gr. Azúcar Glass

  • 150 Gr. Chocolate con leche

  • 1 Cucharadita de Vainilla

ELABORACIÓN


1.- Para la base de Galleta

  

Derretimos la mantequilla en el microondas y dejamos reposar para que no esté demasiado caliente.

  Metemos en una bolsa las galletas troceadas y con la ayuda de un rodillo las trituramos hasta que estén lo más fino posible, añadimos la mantequilla junto con el cacao y mezclamos bien hasta conseguir una masa homogénea. 

Servimos la masa en vasitos a modo base y conservamos en el frigorífico.


2.- Para la crema de Kínder bueno

 

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EL RINCÓN DEL GOLOSO


 Derretimos el chocolate con leche en el microondas en pequeños golpes de calor (de 20 en 20 segundos para evitar que se queme el chocolate) y reservamos. 


  Troceamos las barritas Kinder en trocitos lo más pequeños posible.

  En un bol batimos los quesos junto con el azúcar glass y la vainilla hasta crear una cremita (No batir demasiado) 


A continuación y sin dejar de batir añadimos el chocolate derretido (templado) poco a poco y batimos un par de minutos, incorporamos la nata y batimos otro par de minutos más.


Finalmente echamos los trocitos de Kínder bueno y mezclamos bien con una espátula. Vertemos el resultado en los vasitos con la base de galleta y dejamos refrigerar una hora. 



Ya tenemos nuestro postre o merienda lista para disfrutar. 

¡¡Buen provecho!!



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Personajes de adicción

La cara oculta de la Droga

Charles Bukowski

“Ése es el problema con la bebida, pensé, mientras me servía un trago. Si ocurre algo malo, bebes para olvidarlo; si ocurre algo bueno, bebes para celebrarlo; y si no pasa nada, bebes para que pase algo”



Charles Bukowski nació en Alemania, poco después de la Primera Guerra Mundial, de madre alemana y padre soldado estadounidense. Cuando tenía dos años y ocho meses, sus padres lo subieron a un barco y lo llevaron a Estados Unidos, donde se establecieron en Los Ángeles, California, cerca de la familia paterna. Poco después de que Estados Unidos se uniera a la Segunda Guerra Mundial, Bukowski dejó Los Ángeles, viajó a varias ciudades del país y pasó la mayor parte de su tiempo en Filadelfia y Nueva Orleans. En 1947 regresó a Los Ángeles, donde vivió el resto de su vida.

Mientras estaba "en el camino", Bukowski se publicó por primera vez en la revista Story . Era el año 1944 y tenía 24 años. En ese momento era principalmente un escritor de cuentos que solo ocasionalmente escribía poesía. Pero una década más tarde, en 1954, eso cambiaría después de que Bukowski sufriera una hemorragia interna y pasará nueve días al borde de la muerte en el hospital del condado de Los Ángeles. Después de esa experiencia, comenzó a escribir mucha más poesía y rápidamente se convirtió en una de las voces más singulares e influyentes de la poesía estadounidense del siglo XX.

En última instancia, Bukowski es quizás más conocido por sus novelas, como Post Office, Factótum , Women y Ham on Rye, que por su poesía. Pero incluso mientras trabajaba

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PERSONAJES DE ADICCIÓN

en novelas, continuó escribiendo poesía y cuentos. De hecho, en el momento de su muerte en 1994, Bukowski había escrito más de 5.300 poemas e historias. Y esos son solo los títulos que conocemos. Probablemente hubo cientos más que se escribieron, y posteriormente se perdieron, en las décadas de 1940, 1950 y 1960, antes de que comenzara a guardar copias de su trabajo.

En 1979, Bukowski comenzó a escribir el guion de lo que se convertiría en la película Barfly . Después de años de retrasos y disputas, Barbet Schroeder finalmente hizo la película con Mickey Rourke y Faye Dunaway en los papeles principales. Bukowski escribió sobre la experiencia en su divertida y subestimada novela Hollywood . El mismo año, 1987, se estrenó una película belga basada en los cuentos de Bukowski llamada Crazy Love . Otras adaptaciones cinematográficas del trabajo de Bukowski incluyen la película italiana Tales of ordinary madness , protagonizada por Ben Gazzara, y “Factótum” , con Matt Dillon interpretando a Bukowski.

Después de la muerte de Bukowski en 1994, Black Sparrow Press continuó publicando nuevas colecciones de poesía cada año más o menos. Desafortunadamente, esas colecciones sufren una manipulación editorial integral e inexplicable , que tiene el efecto general de hacer que las colecciones póstumas parezcan estar compuestas por obras menores. Sin embargo, al leer los manuscritos originales de Bukowski , queda claro que son los cambios realizados por el entonces "editor" de Bukowski los que dan un aire torpe a gran parte del trabajo.

Charles Bukowski murió el 9 de marzo de 1994 y influencia en la poesía moderna se sigue sintiendo, a pesar de su epitafio: “No lo intentes”

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LA IMAGEN DEL MÉS

Fomentando el deporte

En la recuperación también son imprescindibles los momentos de ocio y tiempo libre ya que, a lo largo de la semana el desgaste mental es muy alto y necesitan desconectar de las terapias y para ello nada mejor que el deporte.

En este caso salimos de la rutina de nuestro gimnasio para practicar pádel. Algunos con experiencia, otros lo practican por primera vez pero todos, como muestra la imagen, salen reforzados con la experiencia.

“Mens sana in córpore sano”  Disponer de un espíritu equilibrado en un cuerpo equilibrado, la base para el bienestar.

Reforzamos para que esta actividad forme parte de la rutina de un buen proceso de recuperación.

amc



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LA IMAGEN DEL MES




En hora buena 

y felicitaciones desde 

El Dependencial a nuestro amigo Héctor que, 

con su esfuerzo 

y dedicación ha conseguido la pulsera Azul.

Como bien dice, aquí empieza una nueva etapa, no por ello más fácil.

 FELICIDADES HÉCTOR

Te lo mereces.



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 Hola a todos nuestros lectores y muchas gracias por el apoyo. 

Este mes quería hablar de un trastorno muy conocido o más bien muy sufrido, pero del cual existe una enorme desinformación y espero este artículo ayude a paliar, me refiero al trastorno por ansiedad.


¿Qué es la ansiedad?


    La ansiedad es un mecanismo adaptativo natural (una emoción) que nos permite ponernos alerta ante sucesos comprometidos. En realidad, un cierto grado de ansiedad proporciona un componente adecuado de precaución en situaciones especialmente peligrosas. Una ansiedad moderada puede ayudarnos a mantenernos concentrados y afrontar los retos que tenemos por delante.

    En ocasiones, sin embargo, el sistema de respuesta a la ansiedad se ve desbordado y funciona incorrectamente. Más concretamente, la ansiedad es desproporcionada con la situación e incluso, a veces, se presenta en ausencia de cualquier peligro ostensible. El sujeto se siente paralizado con un sentimiento de indefensión y, en general, se produce un deterioro del funcionamiento psicosocial y fisiológico. Se dice que cuando la ansiedad se presenta en momentos inadecuados o es tan intensa y duradera que interfiere con las actividades 


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VIDA SANA

normales de la persona, entonces se la considera como un trastorno.

    Los trastornos por ansiedad son, en conjunto, la enfermedad psiquiátrica más frecuente. Entre ellos destaca el trastorno fóbico: alrededor de un 7 % de mujeres y un 4,3 % de hombres padecen fobias específicas (a algún animal, a un objeto, a la oscuridad, etc.), mientras que las llamadas fobias sociales (la aptitud de una persona para relacionarse de un modo afable con los demás) se hallan en un 13 % de la población.

    La ansiedad generalizada se da en un porcentaje del 3 al 5 % de los adultos (en algún momento durante el año). Las mujeres tienen el doble de probabilidades de presentarla.

    El trastorno de pánico es menos frecuente y se diagnostica a algo menos de un 1 % de la población. Las mujeres son de dos a tres veces más propensas.

    El trastorno obsesivo-compulsivo afecta a cerca del 2,3 % de los adultos y sucede con aproximadamente igual frecuencia en mujeres que en hombres.

    El estrés post-traumático afecta, por lo menos, al 1 % de la población alguna vez durante su vida, aunque en las personas con mayor riesgo, como los veteranos de guerra, tiene una mayor incidencia. 


Algunas causas


    Causas genéticas: la ansiedad puede heredarse a través de los genes. 

    Causas circunstanciales: hechos traumáticos como un accidente de tráfico, un atentado o un incendio pueden provocar ansiedad; en estos casos, el sentimiento de ansiedad puede desaparecer cuando concluye el problema o bien permanecer durante meses o años. Es lo que se conoce como trastorno de estrés postraumático.

 

    Consumo de drogas: Las anfetaminas, el éxtasis o el LSD son sustancias estupefacientes que pueden causar ansiedad. Para algunas personas, también la cafeína o la teína pueden producirla.

    Experiencias vitales significativas: sin llegar a ser traumáticas, cambios vitales en el presente como un embarazo, o incluso alteraciones en el ámbito laboral (un despido, un ascenso, etcétera) pueden producir ansiedad. La ansiedad es un sentimiento normal de temor ante situaciones amenazantes o difíciles; se estima que 1 de cada 10 personas sufre algún episodio de ansiedad en algún


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VIDA SANA


 momento de su vida. La ansiedad por sí misma no es mala, ya que nos alerta y nos motiva para hacer frente a los peligros. Se convierte en un problema cuando los episodios de ansiedad son frecuentes, intensos y aparecen sin motivo aparente, limitando a la persona en su día a día.


Algunos síntomas


    La ansiedad se manifiesta a nivel emocional y físico. Es importante reconocer ambos tipos de manifestaciones y pedir ayuda en cuanto se detectan, ya que una persona con ansiedad que experimente estos síntomas puede considerarlos como signos de una enfermedad grave y, en consecuencia, empeorar en la enfermedad.

    Síntomas mentales: preocupación constante, cansancio, irritabilidad y problemas para concentrarse y conciliar el sueño.

 

    Síntomas físicos: pulsaciones elevadas, sudoración excesiva, tensión muscular, temblores, mareos, desmayos etc.


¿Qué debo hacer si sufro ansiedad?


    Si estás leyendo esto y te sientes identificado espero poder ayudarte con algunos consejos que a mi me sirven, ya que yo sufro ansiedad y en muchos casos muy limitante.

Lo primero e imprescindible seamos adictos, depresivos o futbolistas de primera división es que dejemos a un lado nuestra prepotencia y pidamos ayuda. No importa si es pública o privada o si es un familiar (aunque es recomendable acudir a un especialista de la salud primero), hay que entender que no estamos solos ante esta emoción tan desagradable en muchos casos y no hay mejor forma de empezar a tratar estos síntomas que verbalizando cómo nos sentimos.

    Aceptar la ayuda que nos brindan. En muchos casos el especialista de la salud que nos trata nos recetará el uso de medicamentos, a muchas personas esto les 


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VIDA SANA


asusta y huyen de los tratamientos (a mí me pasaba). Esto es un grave error, la medicación la receta un médico (especialista sanitario con bastantes más conocimientos en el ámbito de la salud que nosotros, por sorprendente que parezca) y es una herramienta fundamental para el tratamiento en muchos casos, en otros no tanto, pero eso lo decide nuestro médico, no nosotros.


Relativizar y usar paradas de pensamiento. 

    Por lo general, muchas personas que sufren ansiedad no identifican los motivos por los que se encuentran tan mal. Esto es así, porque realmente esos motivos no son tan importantes o al menos no existe una concordancia con el malestar tan grande que sienten. De ahí la importancia de hacer un trabajo interior e identificar qué nos preocupa y por qué. El verbalizar lo que nos preocupa con un especialista o con un amigo o familiar cercano nos ayudará a relativizar esas preocupaciones y si de verdad son tan graves como nuestra cabeza nos quiere vender.  A los adictos nuestros terapeutas y psicólogos nos enseñan a utilizar las llamadas “paradas de pensamiento”, básicamente son trucos para desviar nuestra atención y parar ese pensamiento en bucle y negativo que no logramos sacar de nuestra cabeza. Yo, cuando detecto un pensamiento tóxico acechando, intento visualizar una señal de STOP, hay mil formas más de hacerlo, encuentra la tuya.

    Aceptar lo que nos está pasando. La ansiedad la sufre un altísimo porcentaje de la población entre el que me incluyo, es fundamental aprender a identificarla para aprender a vivir con ella, lo he dicho bien si, vivir con ella, ya que es una emoción como dije antes natural del ser humano y todos somos propensos a experimentarla y probablemente más de una vez y no de una forma agradable. Aceptar que no somos perfectos, que nos preocupan cosas y que sufrimos ansiedad por ello, es una herramienta que a mi me sirve para relajar los síntomas de la ansiedad y en muchos casos incluso prevenirla. Tener ansiedad genera ansiedad, todo es susceptible de generar ansiedad y ¿si lo aceptamos?

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VIDA SANA 


Al menos dejarás de sufrir ansiedad por sufrir ansiedad.

Grupos de apoyo. Por suerte a día de hoy existen grupos de apoyo para casi todo tipo de problemas y la ansiedad no es una excepción, busca ayuda en cuanto más sitios mejor. 

    Ejercicios de relajación o mindfulness. Los ejercicios de relajación, meditación y atención plena en general son de gran ayuda. Nos ayudan a soltar la tensión que muchas veces somos incapaces de ver y a centrar nuestra atención en el aquí y en el ahora. Es una herramienta estupenda para parar el pensamiento (en el caso de mindfulness, que es lo que yo practico), ya que debes concentrarte en seguir los pasos del instructor@ a la vez que relajas tus músculos y te haces consciente de tu respiración tu cuerpo y lo que te rodea. Yo lo suelo hacer 3 veces en semana, aunque se puede practicar a diario y en momentos de estrés es aún más recomendable.

    Vida sana. Es fundamental, está demostrado que el consumo de drogas, los excesos con la comida, la cafeína y la teína, el tabaco y una vida sedentaria son el inicio/detonante y mantenedor de una más que segura salud mental mermada por la ansiedad. También, una buena higiene del sueño es fundamental para no arrastrar cansancio y malestar todo el día. 

    Además, yo añadiría el uso de un timing u horario al que ceñirnos diariamente. La falta de orden y de un plan diario el cual seguir genera inestabilidad y preocupación, sobre todo si las cosas no salen como esperábamos, por eso el tener un plan nos asegura una alternativa.


¿Qué hacer si estoy sufriendo ansiedad ahora mismo?

    Pérdida de control sobre el cuerpo, mareo, respiración agitada, sensación de ahogo…. 

Pide ayuda a la persona que más cerca tengas, es primordial.


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VIDA SANA


Acepta lo que te está ocurriendo, es normal lo que sientes y que a veces suframos ansiedad.

Siéntate en un lugar tranquilo y cierra los ojos. Cuantos menos estímulos ambientales percibas, antes acabará la crisis.

Distrae tu atención hacia algo diferente a lo que te está sucediendo. Por ejemplo, puede resultar útil contar hacia atrás desde el 100, de 3 en 3 (parada de pensamiento), o concentrarte en algo físico: mira un objeto fijamente o toca algo que te permita relajarte (atención plena).

Visualiza un lugar que te haga sentir bien: la playa, el campo o el cielo suelen dar sensación de paz. Rememora la visita a algún paisaje que te haya encantado y trata de recordar los sonidos y las sensaciones que allí sentías.

Procura controlar la respiración todo el rato. Cuando la respiración se hace consciente para nosotros y se acelera, se produce lo que se conoce como “hiperventilación”. Eso lleva a un desequilibrio entre la cantidad de oxígeno y la de CO2, aumentando mucho el primero y disminuyendo enormemente el segundo.

Pon en práctica este ejercicio. Toma aire por la boca mientras cuentas hasta 4 –debes notar que tu pecho y abdomen se llenan–, mantenlo un par de segundos y suéltalo lentamente contando de nuevo hasta 4. Repite hasta que dejes de hiperventilar. 


    Y sobre todo quiérete mucho, la mejor manera de prevenir, recuperar y curar la mayoría de afecciones mentales es dándonos el cariño y el cuidado que en la mayoría de los casos olvidamos.

Eres lo que piensas, lo que haces y lo que comes. 


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EQUIPO                                           



        Dirección:

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        Equipo de investigación:

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       Vida Sana:

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       Reporteros:

  Sergio M / Pedro V / Alejandro R / Roberto S / JoseMi Bao  

      

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En esta y en las siguientes publicaciones.

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